viernes, 19 de diciembre de 2008

Para Blucifer Sam, o Blue.

Compartir con mis amigos.... Lo bueno, lo salvaje, lo triste, la vida.


Hoy, que navegás sin rumbo por el Río de la Plata, puedo escribirte desde mi corazón y mi alma, para una despedida de letras, como siento hacerla.
No pude aguantar las lágrimas al ver una foto de vos tan pequeñito, cuando me cabías en la palma de la mano y solamente hacías "mi", porque no sabías decir "miau". Ese mismo "mi" último que acompañó la mirada de despedida de ayer, cuando, en un taxi, moriste en mis brazos, después de veinte años de amistad y compañía, después de vuelos en avión, montañas, quintas, casas, departamentos, ropa de novios orinada en vengadora revancha, besos, caricias de peluche, amor.
Me mirabas con tanto cansancio en los ojos, que supe que ya estabas queriendo dejar de vivir y que los huesos viejitos ya dolían demasiado, como para seguir llevándolos. Entendí tu cansancio y supe que te estabas yendo, aunque no por eso fue menor mi dolor al saber que no voy a poder estrujarte más, ni compartir la comida china, ni escucharte hacer el amor con tus osos-amantes, ni sentir tu hocico frío queriendo meterse bajo las frazadas, en las noches de invierno.
Yo sé que tu protección me va a acompañar toda la vida. Yo sé que nunca te voy a dejar de extrañar, como el amigo y hermano que has sido siempre y que la sensación de tus patitas alrededor de mi cuello, acompañadas del motor del ronroneo entregado, van a sentirse siempre en mí, pero eso no calma el dolor.
Me transmitiste mudos mensajes y enseñanzas. Recibiste mi amor y muchas veces mi cólera (estuvo mal que le mearas la espalda a mi papá). Viste nacer y crecer a Nahuel, cuidándolo también con tu energía buena. Me conociste casi adolescente, siguiéndome en toda loca aventura y decidiste que ya habías cumplido tu misión conmigo, cuando alguien me mostró su corazón.
Ayer compré un barco azul, de esos que se usan para las ofrendas del candomblé. Tu cuerpito flaco entraba en él como si lo hubieran hecho a medida. Abrigado con una manta, partiste, proa al río, a reunirte con Yemanyá, volviendo a la tierra rodeado de amor.
No puedo decir más que "adiós Blue" y saber que nos vamos a volver a encontrar.
Isabel para Blue, un 29 de julio.

No hay comentarios: